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Thursday, December 16, 2010

Para los que ya no regresan a casa

Un día normal, como cualquiera.
Es Diciembre, y ya es época de empezar a decorar mi casa, con luces y cualquier articulo navideño que eh ido guardando en el armario. La decoración del jardín, siempre se la dejo a mi esposo, me prometió que lo haría el fin de semana que estuviera libre; mi esposo, tan trabajador y responsable como siempre.
Yo diría que es una de las personas mas responsables que hay, siempre procura que nuestra familia lo tenga todo, aunque en estos momentos la situación este difícil. Esta situación que nos hace temer por nuestros seres queridos, que hace que vivamos con miedo, que hace que esperemos con ansia la llegada de el marido, la esposa, el hijo/a a la casa, sino no podemos estar agusto.
Así vivía yo.
Mi marido, un medico de renombre, tan trabajador y que intentaba llevar una vida normal, como si nuestra violenta situación no existiera, un hombre de buen corazón.
Yo lo esperaba todos los días a que llegara del trabajo, con tan solo oír el ruido de su carro al llegar, sentía un alivio y podía dar gracias a Dios por que me lo trajo vivo un día mas.
Pero un jueves, mi esposo, mi querido esposo, no llego a dormir.
Un sábado, tras saber que había sido secuestrado, su cuerpo apareció; apareció tirado en la via publica.
Pienso que esta forma de morir nadie la merece y mucho menos el que tiren tu cuerpo a la calle, cual perro que ha sido atropellado, tu cuerpo abandonado, mal herido, echado inherte para deleitar la mirada de la sociedad; de la sociedad que ahora vive acostumbrada a encontrar cuerpos humanos sin vida en su calle.
Mi marido no merecía esto, mi familia nunca hizo nada para merecer esto.
Cobardes aquellos que ganan su dinero a costa de la libertad de otros. Cobardes todos aquellos que le quitaron la vida a mi marido.
Ahora es que uno se da cuenta que aunque vivas una vida ayudando a los demás, eso no va a impedir que el mal llegue a tu vida.
En ausencia de su padre, mi hijo tomo la labor de decorar el jardín. Nuestra familia ha perdido a su líder, mis hijos han perdido un padre y yo eh perdido a mi compañero.
Descansa en paz querido, descansa en paz querido Doctor.
Descanse en Paz Doctor Betancourt.






*Nota. Esto va dedicado a todos aquellos que se identifiquen con esta situación, y va dedicado a la familia Betancourt, que aunque no tengo el gusto de conocerlos, me uno a sus oraciones y me identifico con ustedes.

*Nota1. Este relato es hecho a base de como pienso que la Sra. Betancourt pudo haber reaccionado.