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Friday, August 13, 2010

El espejo y el anillo

Se encontraba viéndose a si mismo en el espejo del baño. Jugaba con su anillo de matrimonio, lo tenia entre sus dedos, y mientras se miraba se decía a si mismo: -"Ve lo viejo que estas, ya no es lo mismo."
Y era verdad. Ya no era el jovencito de antes, ese que coqueteaba con las mujeres, y estas lo veían como algo excitante. Ahora, cada vez que flirteaba con alguna muchachita, esta lo veía como un viejo rabo verde, y era obvio, ya que el podía llegar a ser el padre de ellas.
Su mente solo trataba de asimilar, y de encontrar respuesta a lo que era su vida en estos momentos...
Pero, como era su vida?
Su vida para el, era perder muchas veces el tiempo. Sentía que el tiempo se le escapaba, que no duraba nada en sus manos. Otra vez se daba cuenta de lo viejo que se estaba poniendo. Se daba cuenta de lo rutinaria que era su vida.
Era levantarse a la misma hora al trabajo, a veces esto cambiaba por alguna situación particular de uno de sus hijos, pero eso ocurría rara vez. Después de llegar a su trabajo, hacia lo mismo de siempre, dirigir a los demás, ver que necesitaban hacer ese día, y cumplirlo. Al finalizar su trabajo, perdía una hora en camino a casa. Llegaba a casa y ahí estaba su familia, no siempre todos los miembros de esta, a veces nadie, pero al menos el perro lo recibía siempre. Después de esto cenaba, veía televisión y otra vez a dormir para levantarse a la misma rutina.
Tan rutinaria que era su vida, y esto como lo molestaba.
Y seguía jugando con su anillo de matrimonio pensando ahora en su mujer.
Ella, la que también se estaba haciendo vieja. La que alguna vez fue una mujer con abundante cabellera, larga y rizada; ahora solo era una mujer con cabello corto, que se lo pintaba para cubrirse las canas y que siempre lo traía lacio por necesidad. Su mujer, que antes para el fue tan hermosa, ahora solo era para el la madre de sus hijos. Y en eso empezó a pensar en sus hijos...
Como los quería, ellos eran la razón por la que el estaba dispuesto a dejar que su vida fuera rutina. Por ellos lo daría todo. Las cosas habían cambiado ya con sus hijos mayores, la independencia de estos, hacia que casi no los viera al llegar a casa del trabajo, y los extrañaba...pero nunca quiso decir nada. Ahora el se concentraba en aprovechar a sus hijas mas jóvenes, aprovechar que aun demostraban emoción cuando el llegaba a casa, aprovechar que todavía recibía un beso y abrazo de ellas. Aprovechar que todavía podía demostrarles amor.
Y seguía jugando con el anillo de matrimonio entre sus dedos.
En eso tomo una decisión, abrió el cajón donde guardaba sus materiales higiénicos y guardo el anillo. No decidió informa de esta decisión a nadie, ni siquiera a su mujer. Sentía menos peso, pero mas culpa.
El ya no podía mas con la situación que tenia con su mujer, pero no dijo nada...
Solo guardo el anillo.
En esto entro su hija, la mas joven, corriendo emocionadamente al baño.
-"Papi, ven a leer la carta que te escribí!"
Y el olvidándose de su anillo, olvidándose de su rutina, fue felizmente a complacer a su niña.